Los bioplásticos ¡a cuidar el planeta!
Por: Redacción Revista de Logística
@Revistalogistic
La contaminación de ríos y mares ha obligado a las autoridades en el mundo a tomar medidas durante los últimos años con relación a la conservación del medio ambiente. Respecto a la producción de plásticos, se han desarrollado bioplásticos para evitar la acumulación de materiales que causen daño a los ecosistemas. Pero ¿cómo funcionan estos elementos y qué tan efectivos son?
Aunque los datos son preocupantes, es importante destacar que varios gobiernos han llevado a cabo acciones para mitigar y, en el futuro, evitar más daños. “En países como Holanda, Alemania, Canadá, Australia y varios estados de EE. UU. cuentan con sistemas de retorno de envases, recuperando casi el ciento por ciento de estos artículos. La Unión Europea estableció sus propias normas sobre bolsas de plástico ligeras, promulgadas a finales de noviembre del 2016”, según Greenpeace.
En Colombia, el 28 de abril del 2016, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible emitió la Resolución 0668 por la cual se reglamenta el uso de las bolsas plásticas. En esta disposición se estipula la creación del Programa de Uso Racional de Bolsas de Plástico a cargo de los establecimientos que las distribuyen. Con esta regulación se busca que dichas entidades entreguen anualmente un reporte del número de bolsas distribuidas, el peso de estas y un porcentaje de la variación de su entrega en los puntos de atención al público.
Asimismo, con dicha resolución se prevé que para diciembre de este año haya una reducción de bolsas del 10% y que en los próximos años sea del 60% anual. Adicionalmente, se espera que los mismos consumidores empiecen a generar conciencia en sus hogares y utilicen otro tipo de elementos para cargar alimentos y demás artículos.
NUEVAS ALTERNATIVAS DE FABRICACIÓN
Si bien sería ideal la erradicación de materiales que contaminen el medioambiente, es casi imposible lograrlo porque en la actualidad son necesarios para realizar muchas tareas. En el caso de las bolsas y por ende de los plásticos, estos siguen siendo fundamentales, lo cual ha llevado a que varios fabricantes en el mundo busquen nuevas alternativas amigables con los ecosistemas, es decir, biodegradables en su totalidad y al mismo tiempo sin producir contaminación en sus procesos de descomposición.
“El desarrollo de materiales biodegradables viene, según los registros, desde 1869 y uno de los pioneros fue el estadounidense John Wesley Hyatt Jr., quien inventó el primer plástico derivado de la celulosa de algodón. Posteriormente, una compañía británica creó un producto bioplástico. Actualmente, empresas e incluso estudiantes y científicos trabajan en el desarrollo constante de nuevas materias primas que sustituyan a los derivados del petróleo”, destaca Francisco Javier Novegil, físico, magíster en Ingeniería de Materiales y doctor en Ciencia y Tecnología de Materiales.
Por ejemplo, alumnos de la Universidad Nacional en Medellín desarrollaron el año pasado, a partir de los seudotallos y fibras del banano, una bolsa de papel. En el caso de la fabricación de pitillos, los hicieron a base de suero y cacao. Incluso, han elaborado botellas, vasos desechables y máquinas de afeitar con residuos de queso.
CLASIFICACIÓN DE LOS BIOPLÁSTICOS
Entendiendo que los bioplásticos son fabricados de diferentes formas y con distintos materiales, la Asociación Europea de Bioplásticos (European Bioplastics) los organizó en dos categorías:
- Plásticos procedentes de biomasa (de recursos renovables): comprenden tanto los bioplásticos cuyos monómeros (moléculas) se derivan de la biomasa (almidón y celulosa) como aquellos cuyos monómeros son producidos mediante la fermentación de recursos renovables, aunque el proceso de polimerización posterior sea por vía química convencional.
- Los polímeros biodegradables que cumplen con los criterios científicos recogidos en las normas de biodegradabilidad y compostabilidad, que en el caso de Europa son la EN 13432 y EN 14995, e ISO 17088. Su contraparte estadounidense es la norma ASTM D-6400.
Existen dos vías biotecnológicas para la producción de bioplásticos: La primera consiste en la obtención biotecnológica de los monómeros y la polimerización posterior por medios químicos (ácido poliláctico-PLA). Otra opción es la síntesis integral de los bioplásticos mediante procedimientos biotecnológicos, fundamentalmente por fermentación microbiana, aunque se están contemplando a más largo plazo otras tecnologías, basadas en la utilización de plantas genéticamente modificadas.
Polímeros biodegradables sintéticos (no procedentes de fuentes renovables). Proceden de la polimerización de monómeros obtenidos de fuentes fósiles. Por su estructura son biodegradables según las normas de biodegradabilidad y compostaje (ASTM D-6400 y EN 13432)*.
Esta es en general la forma como las autoridades clasifican los bioplásticos. En Francia, por ejemplo, se prohíben las bolsas de plástico en supermercados, y en enero de este año entró en vigor una norma que también elimina su uso para empaque de frutas, hortalizas y quesos, aunque se excluyeron de dicha prohibición las bolsas hechas de bioflex.
¿Y QUÉ ES EL BIOFLEX?
“Al hablar del bioflex se hace referencia a compuestos de copoliéster y del ácido poliláctico (PLA), un polímero biodegradable derivado del ácido láctico que, de acuerdo con su grado, posee un alto contenido de materias primas de fuentes renovables, ideal en el empaque de alimentos porque es resistente a la humedad”, argumenta Novegil.
En el caso de la fabricación de bolsas con este compuesto, ofrecen un doble beneficio porque el agua que se origina en los residuos de alimentos permanece dentro de la bolsa debido a su estabilidad. En segundo lugar, las bolsas de residuos compostables contribuyen en la conservación de los recursos. La recogida y eliminación sencilla e higiénica de los desechos alimentarios ayudarán a aumentar los volúmenes de bioproductos y a cerrar el ciclo natural de compostaje. El compost resultante puede utilizarse, por ejemplo, como valioso fertilizante en la agricultura.
Igualmente, el bioflex tiene una amplia gama de aplicaciones, como en películas agrícolas, domésticas e higiénicas. Al mismo tiempo, es posible producir con él artículos termoformados y productos moldeados por inyección. Este material se elimina por medio de la biodegradabilidad y la compostabilidad.
VENTAJAS
El bioflex está hecho de materias renovables y, por tanto, evita ciento por ciento el uso de componentes provenientes del petróleo. Está certificado como un compuesto biodegradable y compostable, según EN 13432 y ASTM D-6400. Es reciclable y ha sido aprobado por las directivas de la CE y la FDA.
USOS
El aprovechamiento del bioflex es amplio en industrias como la agrícola, particularmente en la fabricación de películas para proteger los cultivos del medioambiente e incluso de animales; pero las elaboradas con este material se van deshaciendo con el arado del suelo. Está presente en bolsas para que sean biodegradables y a la vez resistentes; en botellas y canastas; en la cosmética, porque con él se desarrollan empaques para líneas de maquillaje; en los alimentos, pues permite almacenar comida sin soltar sustancias que contaminen el producto, entre otros atributos.
EMPRESAS PIONERAS
Una de las firmas líderes en el desarrollo de materiales con bioflex es la alemana FKuR Kunststoff GmbH, que ha basado su negocio en la producción de materiales amigables con los ecosistemas y observando los estándares impuestos por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, las cuales exigen procesos empresariales en pro de la mitigación de la huella ambiental.
Hoy en día existen otras compañías en el mundo que, como en Colombia, desarrollan materiales amigables para ser utilizados en cualquier industria, como las estadounidenses NatureWorks LLC y DuPont, y las brasileñas Braskem y Cromex, entre otras.
Para el físico Francisco Javier Novegil, “lo mejor es minimizar el uso de bolsas de plástico o reutilizarlas, pero si no hay más opción que emplearlas, es claro que generan mucho menos impacto las biodegradables. Hay estudiantes trabajando en dichos desarrollos y es fundamental que las empresas nacionales inviertan en estos proyectos locales que también pueden salvar nuestro medioambiente”.
*Fuente: http://www.zeaplast.cl/plasticos-biodegradables/ tipos-de-bioplasticos++-21
GLOSARIO
Bioplástico: plástico que se fabrica a partir de un material orgánico, generalmente derivado de producto vegetal. Polímeros biodegradables: materiales que se degradan por la ayuda de microorganismos como algas, bacterias u hongos.
Polímetros comportables: igualmente, es un material que se degrada
por la acción de microorganismos, pero sus residuos se deben reutilizar como abono natural.
EN 13432 del 2001: norma para el sector de envases y embalajes. Establece los requisitos de los envases y embalajes valorizables mediante compostaje y biodegradación. Fija criterios de evaluación para la aceptación final del envase o embalaje.
EN 14995 del 2007: reglamentación para el sector de los plásticos que evalúa su compostabilidad. ISO 17088 del 2008: norma que especifica procedimientos y requisitos para identificar y etiquetar plásticos y productos hechos a base de plásticos, que son adecuados para la recuperación mediante compostaje aeróbico.
ASTM D-6400: norma de estandarización para el etiquetado de plásticos diseñados para ser compostados aeróbicamente en instalaciones municipales o industriales.
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