Alrededor del globo están madurando innovaciones tecnológicas que cambiarán el mundo tal y como lo conocemos, y tendrán un impacto notable en la logística y sus procesos.
Por: Luis Daniel Vargas M.
@vamoluda

Cada vez que la humanidad experimenta un avance tecnológico de gran relevancia, como la aparición de la rueda, las máquinas de vapor, el microprocesador y la Internet, una serie de dinámicas se activan generando enormes cambios en la manera en que percibimos y hacemos todas las cosas.
Estas transformaciones dan origen a nuevos desarrollos tecnológicos que, aunque en principio son de un menor impacto, permiten llevar al terreno comercial los inventos y trasladar a la cotidianidad de muchas personas sus beneficios.

Estos cambios suscitan toda suerte de retos y posibilidades, principalmente en las industrias que día a día buscan mantener niveles de competitividad óptimos, satisfaciendo las necesidades de los consumidores de mejores y más rentables formas. Esta dinámica junto con las nuevas preocupaciones de la raza humana y el deseo permanente de superación e innovación, entre muchos otros factores, han creado un ambiente de cambio y creación constante en donde se incuban las tecnologías que dentro de poco harán parte de la vida diaria.
Todas estas nuevas aproximaciones tecnológicas están, desde ya, permeando varias industrias (o creando nuevas), y la logística es uno de los terrenos en que muchas de las innovaciones del mañana encontrarán un terreno fértil para su desarrollo y crecimiento.
Pese al brillo con el que aún cuentan tecnologías como la identificación por radiofrecuencia o su pariente el NFC, o la automatización de sistemas, otras innovaciones más recientes hacen prever un futuro logístico en donde los robots vigilantes de bajo costo, la hiperconexión entre
aparatos, la producción personalizada y en sitio de repuestos, entre muchas otros, contribuirán a establecer unos procesos logísticos de eficiencia y confiabilidad superiores.

La Internet de Las cosas

La red de redes ha sido una de las más grandes invenciones de la era moderna, debido a la gran cantidad de desarrollos tecnológicos y sociales que se han gestado a su alrededor. Cámaras fotográficas y de video, neveras, cerraduras e incluso lavadoras son aparatos que hoy en día cuentan con módems que los mantienen conectados a la Red, de modo que sus usuarios pueden manipularlos a distancia y a través de múltiples canales, sobre todo por medio del teléfono inteligente.
Esta es una tendencia que seguirá en aumento y logrará resultados inimaginables. Y el campo de la logística no será la excepción. En un futuro no muy lejano, los carros repartidores, gracias a las conexiones de red que poseen, se comunicarán entre sí, sin la necesidad de la intervención de un humano, para darse a conocer la mejor ruta o las condiciones climáticas de una carretera, y así calcular los tiempos de entrega con gran precisión. Es importante saber que muy probablemente estos vehículos prescindirán de un piloto humano.
Este tipo de tecnología, que ya se encuentra en estados avanzados de desarrollo, permitirá también un abastecimiento de materias primas totalmente autónomo. Gracias al uso de diferentes sensores y elementos de comunicación, una bodega podrá saber el momento exacto en el que se termine un suministro, para realizar el pedido de manera que no se afecte en ningún momento la cadena de producción.
Estos ejemplos son solo la punta del iceberg del universo de posibilidades que brindan este tipo de soluciones, las cuales, a pesar de contar con grandes retos como la seguridad informática o la necesidad de profesionales capacitados en la implementación de este tipo de sistemas, brindan un abanico de oportunidades de mejora en los procesos actuales.

Impresión de objetos tridimensionales

La posibilidad de producir cosas con volumen de forma simple y rápida genera un nuevo mundo de alternativas. Grandes visionarios han manifestado su creencia en torno a que la impresión 3D es una de las tecnologías crecientes que tendrá un impacto destacado en el mundo, comparable con otras adelantos que modificaron incluso la forma en que funcionaba el cerebro humano.
Las impresiones que se logran hasta ahora son en productos plásticos, sin embargo, existen ya grandes avances en torno a nuevos materiales. Si bien este fenómeno visto desde la óptica de la producción de bienes puede llegar a romper muchos paradigmas de las dinámicas de los mercados y del consumo, el interés crece de forma exponencial si se traslada al campo de la logística.
Por ejemplo, si una plataforma de petróleo marina cuenta con una conexión permanente, podrá saber el momento exacto en que una pieza requiere cambiarse, entonces enviará una orden a una impresora 3D abordo para crear la pieza y reemplazarla de forma fácil y, sobre todo, oportuna. Este tipo de soluciones, además de evitar grandes catástrofes ambientales por el derramamiento de crudo, disminuirán los costos relacionados

con el mantenimiento de las máquinas, pues ya no será necesario trasladar un repuesto de un lugar a otro. Lo mismo puede ocurrir con una embarcación trasatlántica, que podrá imprimir en cubierta todo lo que se requiera (repuestos, partes, herramientas, etc.) ante una emergencia.
Incluso los alimentos y vestimenta de los tripulantes podrá ser producida en el sitio gracias a las impresoras de elementos tridimensionales. Robots voladores Desde hace algún tiempo, compañías como Amazon y DHL han venido trabajando para materializar la idea de drones autónomos que repartan pedidos a lo largo y ancho de las ciudades del mundo.
Estos robots voladores son capaces de recorrer trayectos de forma autónoma y eficiente, gracias a los sistemas de posicionamiento global y otras tecnologías, y están siendo utilizados para llevar a cabo un gran número de tareas que de una u otra forma se relacionan con la logística y sus procesos, como la entrega de medicamentos en zonas masificación y diversificación promete tener un gran alcance.
La tecnología y la logística siguen caminando de la mano en la búsqueda de procesos cada vez más eficientes que respondan a las necesidades cambiantes de la industria y del mercado, y que además saquen provecho de la cada vez más relevante y notoria innovación que se gesta en todo el planeta. Estos son solo algunos ejemplos del impacto a mediano plazo que los adelantos tecnológicos pueden tener dentro del quehacer logístico y, en consecuencia, dentro de las diferentes industrias que cuentan con esta como una herramienta fundamental para su desarrollo. El futuro de la logística se ve cada vez más cerca.